El departamento de Colonia reportó 119 mordeduras de animales al 17 de mayo de 2025, según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud Pública (MSP). Del total, 112 fueron causadas por perros y siete por gatos. No se registraron ataques de murciélagos, el principal reservorio del virus rábico en la región.
Aunque Uruguay no presenta casos de rabia humana desde 1966, el país mantiene una vigilancia activa debido a su proximidad con zonas endémicas. La notificación de mordeduras es obligatoria desde 2012, lo que permite al MSP mantener un monitoreo actualizado y prevenir brotes.
Un fenómeno en aumento
A nivel nacional, se contabilizaron 1.762 mordeduras de perros, gatos y murciélagos, advierte un informe de El País. La cifra supera la media registrada en los últimos cinco años para el mismo período. El MSP no detalla la distribución por especies infectadas, pero recuerda que los perros y murciélagos son las especies de mayor riesgo en la cadena de transmisión del virus.
En Colonia, el número de mordeduras caninas representa más del 94 % de los ataques registrados en lo que va del año. Esta proporción es consistente con las tendencias nacionales, pero refuerza la necesidad de intervenciones locales para reducir los episodios, como campañas de concienciación, control de animales sueltos y fomento de la tenencia responsable.
El fantasma de la rabia
La rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso y, en humanos, resulta mortal sin tratamiento. Aunque erradicada en la población humana en Uruguay desde hace casi seis décadas, los murciélagos insectívoros siguen siendo portadores del virus. Por esa razón, el MSP considera de interés sanitario cada mordedura, incluso si no deriva en una infección confirmada.
El protocolo actual incluye la observación del animal agresor, la evaluación médica de la víctima y, en casos seleccionados, la administración de la vacuna antirrábica como medida preventiva.
Un llamado a la prevención
Las autoridades sanitarias insisten en que la educación ciudadana y la denuncia oportuna son claves para mantener bajo control la amenaza del virus. En zonas rurales de Colonia, la interacción entre animales domésticos y fauna silvestre puede generar condiciones propicias para la reintroducción de enfermedades que parecían erradicadas.
El número creciente de mordeduras pone de relieve la necesidad de políticas públicas más integrales que combinen vigilancia epidemiológica, salud animal y participación comunitaria. En tanto, el departamento de Colonia refuerza su papel como un observatorio clave para anticipar riesgos sanitarios en la región suroeste del país.
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