A días de finalizar su mandato como concejal en el Municipio de Carmelo, Rodrigo Cóccaro, suplente de Luis Pablo Parodi (Partido Nacional), repasa su gestión, analiza la relación con la ciudadanía y el legado de una administración marcada por tensiones políticas, decisiones compartidas y desafíos estructurales.
—¿Con qué imagen personal te retirás de este período como concejal?
Creo que esa respuesta la tiene la gente. En lo personal, me sentí cómodo en la mayoría de los momentos. Traté de atender los planteos de los vecinos en la medida de mis posibilidades. Me voy conforme con lo hecho.
—¿Cuáles fueron tres decisiones clave que marcaron al municipio en estos años?
Una fue comenzar con la recuperación de espacios públicos. Fue un proceso consensuado y creo que mi impulso ayudó a concretarlo. Otra línea importante fue la presencia institucional en eventos deportivos y culturales; no como una simple colaboración, sino como un apoyo real a quienes hacen cosas por Carmelo. Y tercero, aunque con dificultades, intentamos ordenar la gestión de esas colaboraciones. Reconozco que faltó seguimiento sistemático, pero hice lo posible por estar presente.
—¿Cómo analizás las críticas de la oposición durante la gestión?
Al principio, las sesiones estaban marcadas por acusaciones que dificultaban el trabajo conjunto. Con el tiempo eso se fue apagando y logramos una convivencia más armónica. En cuanto al resultado electoral, es lo que la ciudadanía expresó. Algunos dijeron que fuimos continuidad de la gestión de Alicia Espíndola, pero creo que marcamos una línea propia, dentro del mismo partido, sí, pero con posturas claras.
—¿Fracasó la participación ciudadana?
La participación no es solo votar. Nosotros salimos a los barrios, escuchamos, generamos reuniones. Tal vez faltó más promoción o regularidad, es cierto. Hicimos encuentros en Saravia, por ejemplo, pero queda como desafío fortalecer esa presencia en territorio.
—¿Cómo transferís tu experiencia al nuevo alcalde, Luis Pablo Parodi?
Lo conversamos en campaña: hay que organizarse. Con Luis Pablo, Ivelice y otros que tienen experiencia previa, buscamos planificar a largo plazo. Por ejemplo, la recolección de residuos debe pasar de lo improvisado a lo sistemático. Queremos limpiar por barrios, con frecuencia clara, usando pizarrones o agendas. Es una forma de ganar eficiencia y responder mejor.
—¿Por qué no se hizo esa planificación antes?
La alcaldesa y el capataz eran quienes ejecutaban lo operativo. Nosotros recorríamos, detectábamos problemas y trasladábamos los pedidos. Muchas veces tuvimos respuesta, pero faltó una planificación más sólida.
—¿Cuál es, según vos, la función del concejal?
La ley es clara: controlar, aprobar gastos y representar al alcalde cuando no está. Pero creo que hay que ir más allá. Hay que estar con la gente, recoger sugerencias y canalizarlas. En lo operativo, es el alcalde quien decide. El concejo aprueba los grandes proyectos y los gastos, pero la ejecución diaria corresponde al alcalde.
—¿Cómo se integrará el programa de gobierno del nuevo alcalde?
Habrá reuniones de trabajo para consensuar ideas. Ya hubo encuentros con integrantes de distintos sectores. Luis Pablo está comprometido con abrir ese diálogo, incluso con quienes no resultaron electos. La prioridad será su programa, pero se buscará incluir aportes de todos.
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