En un departamento marcado por la controversia, Guillermo Besozzi se impuso con claridad. El domingo, el caudillo blanco obtuvo cerca de 28.000 votos, dejando al Frente Amplio con algo menos de 20.000. La ventaja fue contundente. Sin embargo, ni el resultado ni los festejos apagaron el ruido de fondo que acompaña al intendente reelecto desde su imputación judicial por siete delitos de corrupción pública.
La jornada electoral en Soriano no solo puso a prueba el respaldo popular de Besozzi, sino también la tensión entre su situación judicial y los principios democráticos. A pocas horas del cierre de las mesas, la discusión ya no era quién había ganado, sino si Besozzi podía, o no, ejercer su derecho al voto. La controversia giró en torno al hecho de que debía sufragar en un local municipal, espacio que le está vedado por disposición judicial mientras rigen las medidas cautelares que le impiden acercarse a dependencias de la Intendencia.
Ante la duda, la fiscal suplente Charline Ferreyra advirtió al equipo legal de Besozzi que, de concurrir al local, se exponía a una revocación de la prisión domiciliaria y al retorno a prisión total. La decisión fue clara: no votó.
Sin embargo, lo que parecía un asunto legal resuelto adquirió un nuevo cariz tras las declaraciones del politólogo y experto electoral Oscar Botinelli en VTV. Botinelli recordó que la Corte Electoral es la única institución habilitada a designar los lugares de votación y subrayó que, si una persona está legalmente habilitada para votar, nadie puede impedírselo.
Más aún, fue enfático al referirse a las consecuencias jurídicas de lo ocurrido. “Si se comprueba que alguien lo amenazó para que no votara, se incurrió en un delito electoral”, señaló Botinelli. Citó el artículo 141, numeral 5 del Código Electoral, que penaliza con hasta tres años de penitenciaría a quienes ejerzan “violencia física o moral” para coartar el derecho al sufragio.
La defensa de Besozzi anunció que analizará la situación desde este lunes. No descartan que, de encontrar elementos suficientes, inicien una acción legal por posible coacción electoral.
Mientras tanto, en Soriano, el clima es de triunfo y tensión. La victoria electoral de Besozzi fue clara, pero el futuro inmediato del intendente reelecto sigue atado a una trama judicial que, lejos de cerrarse con el conteo de votos, parece apenas comenzar su nuevo capítulo.
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