Más de seis de cada diez estudiantes uruguayos de entre 13 y 17 años consumieron bebidas energizantes en el último año. La cifra, del 65,9 %, fue revelada por el Observatorio Uruguayo de Drogas y refleja una tendencia creciente que preocupa a expertos en salud pública. Estas bebidas, ricas en cafeína y azúcares, inciden directamente en el sistema nervioso central y el aparato cardiovascular, según alertaron especialistas durante una jornada académica organizada por la Secretaría Nacional de Drogas (SND).
La actividad, titulada Bebidas Energizantes: Mitos y Realidades, estuvo dirigida a profesionales sanitarios, docentes, comunicadores y ciudadanía interesada. En la apertura, el secretario general de la SND, Gabriel Rossi, subrayó la necesidad de “construir políticas públicas basadas en evidencia” y lamentó que el consumo de estas bebidas se haya normalizado a través de estrategias de marketing agresivas, incluso en eventos deportivos.
Una industria con impacto en la opinión pública
Los energizantes, explicó Rossi, han ganado popularidad en la última década gracias a su promoción como productos asociados al rendimiento y la vitalidad. Sin embargo, su contenido suele incluir cafeína —enmascarada con extractos como guaraná—, gas carbónico, aminoácidos y vitaminas. Una sola lata puede equivaler a cuatro tazas de café y contener hasta 20 cucharaditas de azúcar.
Desde la Escuela Nacional de Nutrición, su directora, Myriam De León, llamó a fomentar la educación alimentaria y pidió a los adultos asumir un rol activo, ya que muchas veces son quienes habilitan el consumo de estos productos por parte de menores.
“Una bomba de sustancias químicas”
Alba Negrín, de la Unidad Académica de Toxicología de la Facultad de Medicina, fue categórica: “Las bebidas energizantes son una bomba de sustancias químicas que impactan en todos los sistemas del cuerpo”. Advirtió que aunque sus efectos inmediatos ya son evidentes, las consecuencias crónicas del consumo aún están por determinarse, dado que se trata de productos relativamente nuevos en el mercado.
Negrín señaló que su uso no se limita al ámbito recreativo: también es habitual entre quienes buscan mejorar su rendimiento laboral o académico.
Aumento sostenido del consumo adolescente
Los datos de una encuesta nacional en centros educativos muestran que el 82 % de los jóvenes ha probado estas bebidas al menos una vez, y el 37 % las consumió en el último mes. Entre 2018 y 2024, la prevalencia creció más de 20 puntos porcentuales. El consumo es mayor entre varones, especialmente en menores de 14 años, indicó Leticia Keuroglian, del Observatorio Uruguayo de Drogas.
En el país ya se han registrado casos de intoxicación en niños con síntomas como convulsiones, vómitos, taquicardias e hiperactividad.
Riesgos asociados al consumo
El uso habitual de bebidas energizantes se ha vinculado con una amplia variedad de efectos adversos para la salud, entre ellos:
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Trastornos cardiovasculares
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Hipertensión arterial
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Alteraciones gastrointestinales
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Problemas psicológicos
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Insomnio
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Nerviosismo e irritabilidad
Leonel Briozzo, subsecretario de Salud Pública, expresó su preocupación por el inicio precoz y la amplia aceptación social de estas bebidas entre adolescentes. “No se trata de prohibir”, afirmó, “sino de reconocerlo como un problema sociosanitario que debe abordarse de forma integral”.
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