Por primera vez en los 30 años de historia de la Marcha del Silencio, una pancarta con la imagen de Pascasio Báez Mena —trabajador rural asesinado por el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros en 1971— fue exhibida en la movilización. El hecho ocurrió en la ciudad de Nueva Helvecia, donde esta manifestación por “Memoria, Verdad y Justicia” se realiza desde hace 14 años. El episodio fue documentado y reportado por Semanario Helvecia.
Entre los rostros habituales de detenidos desaparecidos por la dictadura cívico-militar (1973–1985), llamó la atención la presencia de un cartel con la fotografía de Báez y el texto: “Torturado y asesinado por los Tupamaros”. En el reverso, podía leerse: “76 personas asesinadas por los Tupamaros. 76 personas que nunca volvieron a casa”. La pancarta fue sostenida por un joven que marchó parte del trayecto junto al grupo principal de manifestantes, sin que se registraran incidentes.
Según informó Semanario Helvecia, el joven caminó incluso junto al nieto de Julio Escudero, detenido desaparecido en 1976, lo que intensificó el asombro entre los presentes. Tras la marcha, el joven pidió que no se difundiera su rostro y expresó: “Pensé que la marcha era para marchar por todos los asesinados y víctimas, pero no pensé que la gente se fuera a ofender…”.
El hecho generó reacciones dentro del ámbito político local. En declaraciones al semanario helvético, Julián Mesa —concejal recientemente electo por el Frente Amplio en el Municipio de Nueva Helvecia— señaló: “El joven pudo manifestar su pensamiento en libertad, sin que nadie le dijera nada inapropiado, por más que nos pareciera inoportuno expresar esa posición en esta fecha tan especial”.
La Marcha del Silencio se realiza cada 20 de mayo desde 1996, recordando a los detenidos desaparecidos y a las víctimas del terrorismo de Estado, bajo la consigna “¿Dónde están?”. También rememora los asesinatos de los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, cometidos en Buenos Aires en 1976, durante el Plan Cóndor.
La irrupción del nombre de Pascasio Báez en este marco simbólico, y en un espacio fuertemente asociado a las víctimas de la dictadura, marca un hecho inédito en el registro de estas movilizaciones.
Según destacó Semanario Helvecia, es la primera vez que una referencia directa a víctimas de organizaciones armadas previas al golpe de Estado se incorpora en esta manifestación en Nueva Helvecia.
En una época donde las disputas sobre memoria, justicia y reparación continúan vigentes en Uruguay y la región, el gesto —aislado pero significativo— abre una vez más el debate sobre los límites de la memoria pública, la pluralidad de víctimas y las formas en que se construye el relato del pasado reciente.
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