Carlos Fernández, candidato del Frente Amplio a la Intendencia de Colonia, defiende un programa con acento social, promueve una gestión con participación ciudadana real y cuestiona la continuidad del oficialismo.
En las horas finales de su campaña, Carlos Fernández repasa sus propuestas, apunta contra un “modelo moreirista” que, dice, gobierna Colonia desde hace décadas y anuncia auditoría, transparencia y un nuevo pacto con la ciudadanía.
“No es solo votar al Frente: es decidir qué Colonia queremos”
—El llamado es a quienes creen que otra Colonia es posible. Votar por nuestra candidatura no es solo votar al Frente Amplio, es elegir una forma distinta de hacer política: con planificación, participación y justicia tributaria. Nuestro equipo elaboró un plan serio, con medidas reales. No estamos en campaña solo para criticar, sino para construir.
¿Qué sería lo primero que haría si llega a la Intendencia?
—Una auditoría. Queremos saber exactamente con qué dinero y qué recursos humanos cuenta la comuna. A partir de eso, activar planes que ya tenemos listos: arreglar las veredas, mejorar las calles, crear cooperativas de trabajo, avanzar con convenios de vivienda. También el turismo y el empleo serán prioridades desde el primer día.
¿Dónde queda la ideología en esta campaña? que parece más técnica…
—No renunciamos a nuestras ideas. Queremos cortar con la desigualdad, y eso es ideológico. Lo que pasa es que hablamos con claridad, sin discursos grandilocuentes. Planteamos soluciones: calles transitables, acceso justo al empleo municipal, vivienda digna. Y todo eso tiene una base: la justicia social.
Usted denuncia clientelismo en la contratación pública. ¿Qué propone?
—Un sistema transparente: sorteos, llamados públicos, concursos. Que nadie entre por recomendación o afinidad política. Queremos funcionarios con carrera y estabilidad, no contratos eternos que se usan para disciplinar. La profesionalización del funcionariado es central.
¿Cómo devolverle sentido a la participación ciudadana?
—Primero, respetando las normas. Muchos municipios ni siquiera publican cuándo se reúnen o qué van a tratar. Queremos abrir las sesiones, promover que los medios estén, que la ciudadanía tenga voz. Lo mismo en la Junta Departamental. Si la gente no participa, es porque muchas veces se la excluye.
¿Y cómo recuperar la credibilidad política?
—Si la política no se hace cargo de sus decisiones, pierde legitimidad. Hay que asumir riesgos, incluso cuando eso tenga un costo. Nosotros lo hacemos. Por ejemplo, defendimos eliminar el impuesto al alumbrado porque es injusto. Otros prefieren quedar bien con todos. Así no se gobierna.
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