La dirección del semanario Helvecia denunció este miércoles presiones por parte de referentes políticos locales tras la publicación de una cobertura que incluía la presencia de un manifestante con una pancarta alusiva a víctimas del MLN-Tupamaros durante la última Marcha del Silencio.
Bajo el título “La libertad de expresión no se negocia”, el director del medio, Pablo Cribari, sostuvo que varios representantes de sectores de izquierda en la ciudad solicitaron la baja de su suscripción al periódico como respuesta a la nota publicada, la cual recogía un hecho inédito en los 14 años de movilización local: la aparición de una pancarta que recordaba al trabajador rural Pascasio Báez Mena, asesinado por la guerrilla en 1971.
“La decisión colectiva, casi coordinada, fue una señal clara. No fue una discrepancia editorial ni un debate abierto: fue un intento de disciplinamiento económico”, afirmó Cribari en una columna editorial. El medio consideró que la cobertura respondía al interés público y había sido tratada con independencia y responsabilidad profesional.
La cobertura principal, centrada en la conmemoración por los detenidos desaparecidos durante la dictadura, fue complementada por una segunda nota sobre la pancarta, en la que se incluyeron declaraciones del edil frenteamplista Julián Mesa, quien afirmó que el joven “pudo manifestar su pensamiento en libertad”.
Helvecia —con más de un siglo de trayectoria— lamentó lo que calificó como una amenaza a la libertad de prensa. “Este gesto no apunta solo a Helvecia: apunta a la libertad de expresión, a la posibilidad de informar sin presiones”, expresó el editorial, recordando episodios pasados en los que el semanario fue blanco de intentos de censura.
“La libertad de expresión no es patrimonio de una ideología ni de una fuerza política”, sostuvo la dirección del semanario. “Duele, sí. Pero no retrocedemos.”
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