En un contexto de restricciones presupuestarias para el Ministerio de Turismo (Mintur), persisten las dudas sobre el futuro del Hotel Casino Carmelo y del Hotel Parador Punta Gorda, ambos actualmente cerrados.
Estos dos establecimientos, de relevancia histórica y estratégica para el desarrollo turístico de la región, se encuentran bajo la gestión del Mintur. Sin embargo, el proyecto de Ley de Presupuesto presentado por el Poder Ejecutivo no contempla asignaciones específicas que permitan avanzar en su recuperación, reactivación o redireccionamiento.
El espacio dedicado al Mintur en el articulado presupuestal es limitado y concentra los recursos disponibles en el fortalecimiento del turismo social, la creación de una plataforma de reservas y subsidios para garantizar el acceso a servicios turísticos a personas de menores ingresos. Las prioridades definidas por la actual administración no incluyen acciones concretas destinadas a los inmuebles turísticos inactivos en el interior del país.
Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, el ministro Pablo Menoni confirmó que no se previeron fondos para promoción turística ni para resolver la situación operativa del ministerio, que enfrenta una merma de personal debido a la alta proporción de funcionarios con causal jubilatoria.
En este escenario, la reactivación del Hotel Casino Carmelo y del Hotel Parador Punta Gorda aparece como una cuestión aún sin hoja de ruta. La ausencia de anuncios o artículos específicos en la ley refuerza la incertidumbre sobre qué tratamiento se dará a estos activos estatales, cuya situación de inactividad se ha prolongado en los últimos años.
Tampoco se han informado, hasta el momento, procesos de licitación, convenios con intendencias o alianzas público-privadas que permitan visualizar un horizonte claro para ambos inmuebles. Su posible integración al sistema de turismo social, al no haber sido mencionada por las autoridades, permanece como una hipótesis no confirmada.
En tanto, desde el propio ministerio se ha señalado que la planificación y eventual ejecución de nuevas líneas de acción dependerá de evaluaciones futuras y de eventuales refuerzos presupuestales que podrían gestionarse a través de las próximas rendiciones de cuentas.
La falta de definiciones invita a preguntarse si el destino de estos espacios emblemáticos quedará supeditado a decisiones de mediano plazo, en función de los márgenes fiscales y de las prioridades políticas que se definan en los próximos ejercicios.



























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