La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) expresó su preocupación ante el proceso de remate de la planta CALCAR, reclamando que cualquier proyecto que surja de dicha operación contemple como prioridad el mantenimiento de los puestos de trabajo. En un comunicado emitido este lunes, la federación instó a las autoridades a fiscalizar el destino de los fondos del programa FRIL, señalando que fueron concebidos para la reconversión de la industria y no para el despido de trabajadores sindicalizados ni el uso discrecional por parte de empresarios.
FTIL reclamó que se exijan responsabilidades a quienes, a su juicio, han mal utilizado esos recursos públicos. “Los fondos —tal como lo indica su nombre— fueron pensados para reconvertir la industria láctea y no para reprimir a trabajadores ni despedir familias en Cerro Largo”, señala el texto.
En paralelo, la federación resolvió declararse en alerta y en sesión permanente frente a los anuncios de la empresa Conaprole sobre el cierre de la Planta 14 de Rivera. La decisión fue adoptada tras una reunión de su dirección nacional.
El comunicado también hace referencia a la situación de la multinacional Lactalis Parmalat, a través de su planta Colonial Granja Pocha, cuya reapertura está siendo evaluada bajo un régimen zafral y con rebajas salariales, según trascendió en el Ministerio de Trabajo. FTIL afirmó que seguirá expectante a la evolución de este caso y a la audiencia prevista para el próximo jueves 3 de julio, en la que participarán representantes de la empresa, del Ministerio y de la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC).
La federación enfatizó que no aceptará retrocesos en las condiciones laborales y que las decisiones empresariales deben tener como eje el empleo digno. En ese sentido, advirtió que continuará en estado de alerta, monitoreando cada uno de los casos que impacten en la estabilidad del sector.
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