Fue apenas una hora. El tipo de tiempo suspendido que, en la rutina liceal, suele diluirse entre apuntes a medio repasar, caminatas sin rumbo fijo o alguna charla entre compañeros. Una hora libre en el Liceo de Nueva Palmira, un viernes cualquiera. Pero para dos estudiantes de 17 años, esa pausa en el horario se convirtió en un episodio con final hospitalario.
Las adolescentes habían salido del liceo aprovechando ese paréntesis en el horario. Volvieron. Y fue después, ya dentro del edificio, cuando los síntomas comenzaron a aparecer: mareo, desorientación, una de ellas vomitó. Los funcionarios del centro educativo activaron el protocolo sanitario, y sobre las 19 horas las derivaron al hospital local.
La historia tomó otro tono en la sala médica. Las jóvenes contaron que, durante esa salida, habían adquirido trufas cerca del liceo. Pensaban que era un snack cualquiera. Pero los síntomas y la intervención del personal sanitario encendieron la alerta: según informaron los equipos médicos y replicó el medio local El Eco Digital, se presume que las trufas contenían marihuana.
Ambas aseguraron no saber que el producto tenía alguna sustancia psicoactiva. Dijeron haberlas comprado sin mayor información, en un entorno cotidiano, apenas a pasos de donde transcurre buena parte de su vida escolar. Fue entonces que tomó participación la Dirección Nacional de Toxicología, que ahora sigue el caso.
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