¿Qué pasaría si la nevada mortal de El Eternauta no cayera solo sobre Buenos Aires, sino también en Carmelo? ¿Cómo se vería nuestra ciudad envuelta en esa capa blanca, silenciosa y letal que paraliza el mundo en la serie de esta emblemática historieta de los años cincuenta?
A partir del impacto de la nueva serie que arrasa en Netflix, inspirada en la obra de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, surgió una idea: imaginar cómo se vería Carmelo dentro de esa historia. ¿Cómo lucirían nuestros paisajes cotidianos bajo esa atmósfera apocalíptica?
Las imágenes que acompañan este trabajo buscan entrar en un juego visual, una forma de mirar la serie desde nuestro lugar en el mapa.
¿Y si en lugar de Rivadavia y el Congreso, la nevada mortal cubriera también la Plaza Independencia de nuestra ciudad? ¿Y si en vez de refugiarse en casas porteñas, los sobrevivientes cruzaran el Puente Giratorio de Carmelo bajo la nieve venenosa? ¿Y si en ese escenario apocalíptico el eternauta se acercara a un vacío Hotel Casino Carmelo?
En las representaciones creadas, estos lugares emblemáticos de la ciudad aparecen transformados. Vacíos, silenciosos, oscuros. Una figura solitaria avanza en medio de la tormenta. No hay ruido, ni tránsito, ni vida aparente. Solo esa pregunta persistente que también recorre la historieta original: ¿cómo resistiríamos nosotros?
Este ejercicio no es solo una mirada alternativa. Es también una forma de traer una gran historia latinoamericana a nuestro propio territorio. De pensar en lo que nos conecta con esos relatos que hablan de resistencia, de comunidad, de humanidad frente al colapso.
En una época en la que las imágenes viajan más rápido que las palabras, imaginar a Carmelo dentro del universo de El Eternauta no es una exageración: es una invitación. A leer, a mirar, a preguntarnos cómo sería nuestra ciudad si alguna vez fuéramos parte de una historia así.
El Eternauta está disponible en Netflix.
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