Miles de estudiantes y docentes se movilizaron este miércoles en Montevideo en defensa de la educación pública ante el recorte de 80 millones de dólares que, denuncian, ha sufrido el sistema en los últimos dos años.
Así lo afirma la Asociación de Docentes de Secundaria, que también aluden a un «ajuste pedagógico», en referencia a la reforma educativa que el gobierno impulsa y que, a juicio del sindicato, «recorta contenidos para priorizar competencias».
El presidente de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (FeNaPES), José Olivera, indicó a EFE que la «contundente» manifestación de trabajadores de la educación y estudiantes se da ante una «realidad que se hace insostenible».
En este sentido, señaló que, además de la pérdida de salario real, las principales consecuencias del recorte son la falta de cargos docentes y la consecuente «superpoblación» de los grupos, con hasta 45 estudiantes por aula, y la eliminación de la oferta de algunos cursos y carreras.
También la disminución de recursos para atender las demandas de alimentación de los centros educativos.
La representante del movimiento estudiantil Valentina Rodríguez aseguró, al término de la marcha que pasó por el Ministerio de Economía y Finanzas y concluyó ante la Torre Ejecutiva, que la huelga es para «defender una educación de calidad» y para que «morir de frío» en las aulas no sea «moneda corriente».
«A ver, a ver, señor presidente, si usted puede vivir con el sueldo de un docente», gritaron los profesores como reclamo por un aumento de presupuesto.
Este paro de 24 horas se da en el marco de varias acciones del movimiento sindical durante el mes de junio, incluidos paros en la construcción o la metalurgia, ante el proyecto de presupuestos generales que debe ingresar al Parlamento antes del día 30.
Este proyecto de ley de Rendición de Cuentas sirve para que la Administración revise las asignaciones del último año y ajuste algunas en caso de considerarlo necesario.
Además, la central sindical uruguaya, PIT-CNT, convocó a una huelga general «en defensa del trabajo de calidad y salario» para el 7 de julio.
Durante la jornada, el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, indicó que «no es bueno» dejar sin clase a los estudiantes, puesto que, a su entender, «no hay una razón reconocible que explica este paro».
Con el objetivo de garantizar la alimentación de los escolares durante el paro, los docentes organizaron guardias gremiales en las que entregaron los menús planificados.
Gabriela Dobal, una de las maestras que desarrolló este trabajo voluntario en una céntrica escuela montevideana, explicó a EFE que «la situación actual en las escuelas realmente está dando que hablar a la interna de las familias porque ven que hay menos docentes, menos materiales, menos auxiliares».
Ante esta medida, el ministro Da Silveira señaló que «va en la decisión correcta» al mostrar «una mayor sensibilidad y un mayor cuidado de los alumnos».
EFE
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