La Intendencia de Colonia convocó a una reunión de trabajo con representantes de los municipios de Carmelo, Conchillas, Nueva Palmira y Ombúes de Lavalle, en el marco de una estrategia departamental orientada a articular actores públicos y privados para promover inversiones y avanzar en procesos de descentralización territorial.
El encuentro, impulsado por la Dirección de Inversiones, reunió a organismos nacionales como ANDE, instituciones locales y regionales, empresas y cámaras del sector productivo e inmobiliario. Estuvieron presentes, entre otros, el Centro Pymes, la Asociación Turística del Departamento de Colonia, la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, Hub Colonia y representantes del Aeropuerto de Carmelo.
Durante la instancia, el director de Inversiones, Martín de Freitas, presentó un balance inicial de gestión y compartió los lineamientos estratégicos previstos: acompañamiento a inversiones, mejora de condiciones para el desarrollo local y fortalecimiento de capacidades institucionales en el territorio. Estas acciones forman parte de una política departamental que busca incidir directamente sobre el entramado económico y social, partiendo del reconocimiento de la diversidad de dinámicas dentro del departamento.
Uno de los principales resultados de la jornada fue la decisión de conformar la Mesa de Trabajo Público–Privada del Oeste, pensada como un espacio de diálogo permanente entre sectores. La propuesta incluye definir una hoja de ruta común para fomentar y consolidar inversiones, con criterios de equilibrio territorial y promoción del empleo. No se trata solo de atraer capitales, sino de generar procesos sostenibles con base local, articulando actores con distintos perfiles, capacidades y objetivos.
El enfoque territorial fue central en la discusión. La decisión de trabajar con énfasis en la zona oeste responde tanto a su peso productivo como a la necesidad de corregir desigualdades intra-departamentales. En este sentido, el concepto de “arraigo productivo” —reiterado en la presentación institucional— funciona como una categoría que busca anclar el desarrollo en dinámicas locales, evitar la concentración y promover una distribución más equitativa de oportunidades.
La conformación de la Mesa puede leerse como un intento de institucionalizar la coordinación entre niveles de gobierno y sectores estratégicos, en línea con modelos de gobernanza territorial que reconocen que el desarrollo no se produce únicamente desde el centro ni desde el Estado, sino desde la interacción entre múltiples escalas y actores.
La diversidad de participantes también evidencia la existencia de una sociedad multidimensional, en la que lo económico, lo institucional, lo técnico y lo territorial se entrelazan. La planificación se presenta como una tarea compartida, y el territorio como un espacio en disputa, donde se negocian sentidos, usos y futuros posibles.
Desde una mirada analítica, esta iniciativa representa una forma de producción del espacio: no solo como un escenario físico, sino como una construcción social en la que se cruzan relaciones de poder, representaciones y proyectos. La creación de la Mesa no es únicamente una medida operativa, sino una forma de organizar el territorio, de clasificarlo, de imaginarlo y, finalmente, de gobernarlo.
























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