Zimmer deja deuda que compromete a la Intendencia de Colonia

Daniel Abelenda

“El total de las erogaciones supera en aproximadamente 155.000.000 de pesos los ingresos proyectados para el último semestre de este año. Vale decir, que ejecutando al mínimo, sin pagar nada de lo debido y pagando los sueldos, nos estarían faltando esos 155 millones. Los tres últimos meses  quedaríamos en…”, dijo el Intendente Carlos Moreira, sin concluir la frase, en la conferencia de prensa del pasado miércoles 19 en el Palacio Municipal de Colonia.

Sus palabras fueron la confirmación de lo que era vox populi, aunque el monto del déficit heredado de las dos administraciones de Walter Zimmer (2005-2015) se presumía menor.

Las cifras son inequívocas. Surgen de una auditoría externa encargada a una prestigiosa firma de Montevideo, que comenzó a trabajar apenas asumido Moreira el 10 de julio. Además, el nuevo intendente contrató al Economista Isaac Alfie (figura clave en el gobierno de Jorge Batlle que superara la crisis del 2001-2002) para asesorarlo en “reperfilar” la deuda total que asciende a la millonaria suma de 717.000.000 de pesos (25.000.000 de dólares).

El asesor ha recomendado pedir un préstamo de 450.000.000 de pesos (15.000.000 de dólares)  a 10 años, en cuyo caso Moreira necesitaría los votos del FA en la Junta Departamental, pues la amortización excedería su mandato.

Pero lo más escandaloso -además de la pésima administración de Zimmer- es el destino de gran parte de estos fondos públicos. De la deuda operativa (dinero para pagar a ANCAP, UTE, empresas de suministros, de obras, etc.) cuyas facturas suman 350.000.000 de pesos, la mayor parte se generó en los meses previos a las últimas elecciones departamentales (10 mayo 2015).

En efecto: en abril se gastaron 40 millones, en mayo 132, y en junio, 80 millones más.

Preguntado por los periodistas, sobre su opinión de este gasto en plena campaña electoral, Moreira se limitó a responder: “saquen sus conclusiones”.

Sin duda los contribuyentes ya las sacaron. Y sobre todo, cuando deben juntar sus monedas para mantener a una burocracia y una maquinaria estatal que hace décadas es ineficiente, cuando debería ser ejemplo en uno de los departamentos más ricos del Uruguay.

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