«Diversidad» y «resiliencia», fortalezas de Latinoamérica para la Unesco

El director de la Oficina de Ciencias de la Unesco para América Latina y el Caribe, Ernesto Fernández Polcuch, habla en entrevista con Efe, el 8 de junio de 2022, en Montevideo (Uruguay). EFE/Raúl Martínez

Por Concepción M. Moreno

La desigualdad existente en Latinoamérica se contrarresta con la «diversidad» y la «resiliencia» que presenta ante el resto del mundo, máxime en un contexto como el actual, que concentra los efectos de la pandemia de la covid-19 y los de la guerra en Ucrania.

Estas son dos de las fortalezas que la región ofrece al mundo, en opinión del director de la Oficina de Ciencias de la Unesco para América Latina y el Caribe, Ernesto Fernández Polcuch, quien concede una entrevista a la Agencia Efe en Montevideo dos meses después de asumir su nuevo rol.

«Somos una región megadiversa en todos los sentidos», explica este especialista en diplomacia científica y políticas de ciencia, tecnología e innovación, quien agrega que a su «diversidad biológica» se suma la «cultural» necesaria «para encontrar distintas soluciones a los problemas» y una «resiliencia» que la población latinoamericana ha construido «a través de los siglos».

RETOS MÚLTIPLES

Después de 20 años en distintos cargos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en todo el mundo, el argentino asume esta dirección regional en un momento en el que «los retos son múltiples», ya que a «las consecuencias de la pandemia en todos los sectores de la Unesco» se le suma «la actual situación de guerra en Ucrania».

«Los fondos de cooperación se han ido muy fuertemente, y con razón, a los temas vinculados con Ucrania; entonces hoy por hoy uno de los contextos de desafío es este: ya América Latina no es la prioridad en lo global, hoy por hoy cada vez tiene menos acceso a los fondos internacionales y esto requiere repensar el trabajo de la cooperación», comenta.

A este respecto, resalta la necesidad de «aumentar el financiamiento» de cada país y que los Ministerios de Economía colaboren con los de Educación o Cultura para conseguir la inversión necesaria en esas materias, aprovechando la coyuntura de que la pandemia de la covid-19 ha puesto a la ciencia en un primer plano.

Todo el mundo hubiera pensado, tiempo atrás, que «era una locura» sumar a las conversaciones cotidianas asuntos como tipos de vacuna, «la diferencia entre un virus y una bacteria» o «qué es un PCR o un antígeno», según Fernández Polcuch (Buenos Aires, 1968).

«No es lo que pasaba hace diez años. Entonces, despacito, estamos buscando y consiguiendo una mayor apertura de los tomadores de decisiones frente a la ciencia y tecnología», indica al mencionar cómo también los políticos incorporan cada vez más elementos científicos en sus discursos.

El director regional considera que «esto es una oportunidad para que la ciencia también tenga una mayor presencia en el área de la política y la política de la ciencia tenga mayor fuerza», al tiempo que «queda claro que los países deben tener un sistema o sector tecnológico fuerte para poder enfrentar desafíos» de este calibre.

PERIODISMO Y CULTURA, EN EL PUNTO DE MIRA

Apenas un mes después de iniciar su mandato el pasado 1 de abril, en relevo de Lidia Brito, Fernández Polcuch participó en la Conferencia de la Unesco por el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que tuvo lugar en Punta del Este (Uruguay) del 2 al 4 de mayo, en la que se puso de relieve que «el periodismo está en un asedio digital».

Ese es otros de los asuntos, comenta el experto, en los que busca incidir el organismo en tiempos de alta circulación de información y de su amplificación en las redes sociales, ya que hay un «auge de los acosos digitales a periodistas, especialmente mujeres».

No obstante, el que fuera especialista de Programa de Ciencias Naturales para todo el sur de África en la oficina de Unesco en Namibia entre 2008 y 2010 agregó que el asedio también está «en este mundo físico» y eso «se complementa con este auge de las ‘fake news'», que la Unesco busca contrarrestar con herramientas educativas.

La cultura es otra de las patas fundamentales para la Unesco, tanto en lo relacionado con los sitios patrimoniales como respecto a las industrias creativas, ambos muy castigados durante la pandemia: los primeros, por su relación directa con el turismo, y las segundas por la falta de ayudas ante el cierre de espacios y el alto grado de informalidad de sus trabajadores.

Fernández Polcuch mantiene que «la cultura nos mantuvo sanos mentalmente» durante los períodos de confinamiento por la covid-19 y que «es una herramienta para el desarrollo sostenible, no es una curiosidad».

Por ello, reclama una mayor «cooperación» entre gobiernos y empresas privadas «para que los países alcancen el desarrollo» con la mira puesta en la agenda 2030.

Recuerda que grandes plataformas de ‘streaming’ «han ampliado a producciones de países no tradicionales» y que, por ejemplo, la Unesco tiene un acuerdo con Netflix «para incorporar películas africanas y encontrar a los directores africanos del mañana».

Y señala que, poco a poco, se va reconociendo la importancia de la cultura, por lo que, concluye, «la inversión es lo que necesitamos para fortalecer el sector».

EFE

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