Argentina roza las 10.000 muertes por COVID-19 tras seis meses de restricciones

Personas caminan en las calles de la ciudad este lunes en Buenos Aires (Argentina). EFE/Juan Ignacio Roncoroni

Argentina roza ya las 10.000 muertes por COVID-19 tras casi seis meses de medidas de confinamiento, en un momento marcado por el temor al colapso sanitario en varios puntos del país y por la polémica apertura de terrazas al aire libre en Buenos Aires, a pesar de la alta incidencia de contagios diarios.

Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, Argentina se coloca ya en el décimo lugar en número de afectados, con 478.792 contagiados totales -de los que ya se han recuperado 357.388-, y en decimoséptimo respecto a los fallecidos, que son 9.859.

Si bien el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que engloba a la capital y su alrededor y aglutina a casi 14 millones de personas, acaparó durante los primeros meses de la pandemia más del 90 % de los casos, ahora ese número está por debajo del 60 %, por la diseminación del virus en el resto del país.

«Son muchas las provincias que están teniendo un numero importante de casos», reconoció esta mañana la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, durante el reporte diario de situación.

Según la funcionaria, son 18 las provincias con transmisión comunitaria del SARS-CoV-2, y hasta ahora no se ha logrado interrumpirla.

«Volvemos a reforzar las medidas de cuidado, de prevención, lo importante que es el rol individual del impacto colectivo de seguir las recomendaciones», agregó.

CASI SEIS MESES DE RESTRICCIONES

Ante el goteo de contagios que en ese momento comenzó a darse en Argentina, el 20 de marzo el Gobierno de Alberto Fernández decretó una estricta cuarentena de dos semanas que ha ido prorrogándose hasta hoy con diferentes idas y venidas en su flexibilización dependiendo de la situación epidemiológica de cada distrito.

En todo este tiempo, de forma progresiva, las calles han ido reflejando el cansancio de la población por las medidas y llegaron a darse varias manifestaciones contra la cuarentena, en un país que lleva más de dos años en recesión y en el que el Gobierno ha debido hacer un fuerte desembolso de ayudas sociales para paliar los efectos de la paralización de la economía.

La más reciente extensión de las restricciones -que en general ya no obligan al confinamiento pero sí acotan las reuniones sociales y limitan los vuelos nacionales e internacionales, entre otras medidas- comenzó el 31 de agosto pasado, en un momento en que, a pesar de arrastrar casi seis meses de medidas, los contagios y número de víctimas fatales continuaban acelerándose.

LA POLÉMICA DE BUENOS AIRES

En la ciudad de Buenos Aires, gobernada por Horacio Rodríguez Larreta -opositor a Fernández y al también peronista gobernador de la provincia bonaerense, Axel Kicillof- se sumó la novedad de permitir a la actividad gastronómica -que hasta ahora solo podía vender productos para llevar o enviar a domicilio- servir en mesas en las calles, con protocolos de seguridad.

«Es muy importante comprender que llevamos 6 meses de este esfuerzo colectivo y hay mucha gente que ya no puede acompañar con las políticas de la cuarentena original», remarcó este lunes el ministro local de Salud, Fernán Quirós.

Las imágenes, este fin de semana, de multitudes de personas apostadas en las terrazas de los bares de la capital, incrementaron los roces entre el Ejecutivo porteño y el oficialismo de la provincia de Buenos Aires -del que depende el populoso alfoz de la capital-, que critica la decisión de abrir este servicio en medio de la crisis.

«A nosotros nos parece que hacer eso es aumentar la circulación, que es aumentar la cantidad de casos en un momento donde hay muchos casos y la curva no decrece», señaló por su parte el titular de Salud provincial, Daniel Gollán.

Solo este sábado, 12 locales gastronómicos en diferentes barrios de la capital fueron clausurados: uno por vender bebidas alcohólicas para llevar después de las 20 horas; dos por fiestas en el interior de los locales, y nueve por tener mesas y sillas en las veredas fuera del horario permitido, que es hasta la medianoche.

Quirós lamentó la gran cantidad de personas congregadas, pero remarcó que pasó lo mismo cuando hace varias semanas se dio permiso para la actividad física individual.

«Inicialmente no fueron buenas fotos, pero luego aprendimos cómo hacerlo, volvimos a proponer a la ciudadanía que dado que ya hay gente que no lo podía cumplir y estaban aumentando los contagios en lugares cerrados, proponer llevar esa realidad al espacio abierto, espacio mucho más seguro», agregó, para aclarar que en la ciudad se ha logrado «aplanar la curva» de casos hace 8 semanas.

LA TENSIÓN EN EL SISTEMA HOSPITALARIO

En la última semana, el promedio diario de nuevos afectados por COVID-19 en Argentina es de 10.052 y se realizan 31.120 test por millón de habitantes.

Solo en las últimas 24 horas, el 58,3 % de los contagiados se han registrado en el AMBA, el 7 % en la provincia de Santa Fe, el 4,8 % en Mendoza, y el 4,2 % en Córdoba, y solo dos provincias no presentaron nuevos casos.

Un total de 2.512 personas están internadas en camas de terapia intensiva, de las que el 67,7 % están en la ciudad y provincia de Buenos Aires.

Actualmente, el porcentaje de ocupación de las camas de cuidados intensivos por cualquier causa, a nivel nacional, es del 61,8 % y del 68,2 % en el AMBA, mientras que sube al 81 % en la provincia de Río Negro y en la de Jujuy y del 78 % en Tucumán.

EFE

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