Zitarrosa y Juana de América dan la bienvenida a los turistas en Uruguay

El artista del Colectivo Licuado Camilo Núñez posa ayer lunes, junto a su mural "Uruguay al Mundo", ubicado en las cercanías del Aeropuerto Internacional de Carrasco en Montevideo (Uruguay). EFE/ Laura de Frutos

Por Santiago Carbone

Un concentrado y sereno Alfredo Zitarrosa con su inseparable guitarra y la transgresora y apasionada Juana de Ibarbourou dan, desde hace unos días, la bienvenida a los viajeros que ingresan a Uruguay por el aeropuerto internacional de Carrasco.

El inolvidable intérprete de «El violín de Becho» y la influyente «Juana de América» son dos de las ocho personalidades de la historia de Uruguay plasmadas en un mural frente al principal aeródromo del país suramericano con la firme idea de recibir a los turistas en una obra de arte tan grande como el legado que dejaron.

Un mural con los mencionados artistas, Concepción «China» Zorrilla, Carlos Páez Vilaró, José Pedro Varela, Gonzalo Rodríguez, Clemente Estable y Rosa Luna, pintado para celebrar los 10 años de la nueva terminal, ocupa los pies de un viaducto desde el que los visitantes pueden acceder a Montevideo o partir hacia las famosas playas de Punta del Este o Piriápolis.

Según explica a Efe Mariana Marchelli, responsable de Comunicación del aeropuerto, la obra, pintada a partir de la votación de 11.500 personas que eligieron quiénes debían ser los ‘inmortales de Carrasco’, permite a la gente conectar con la cultura y la identidad de la nación sudamericana.

«Para los extranjeros es una manera de conocernos más y para los uruguayos es sentir orgullo por el país que tenemos», puntualiza.

En uno de los dos tramos trabajados, el científico y filósofo Clemente Estable (1894-1976) mira hacia la terminal junto a «Gonchi» Rodríguez (1971-1999), piloto de automovilismo que perdió la vida en un accidente, durante un entrenamiento previo a una competencia de la categoría CART, cuando atravesaba uno de los mejores momentos de su carrera y era un ídolo de multitudes.

Junto al ruido de sus motores, la música tiene su espacio con la presencia de la bailarina de Carnaval Rosa Luna (1937-1993), una luchadora por los derechos de la mujer y de la comunidad negra; y de Zitarrosa, el máximo exponente del canto popular uruguayo.

En el otro tramo del puente, «China» Zorrilla (1922-2014), una de las figuras más destacadas de las artes escénicas rioplatenses, se encuentra con José Pedro Varela (1845-1879), el reformador de la educación uruguaya.

A su izquierda, aparece Juana de Ibarbourou (1892-1979), la poeta que logró transformarse en un mito literario de la cultura uruguaya gracias a sus versos y dejó un legado que comenzó hace un siglo con la publicación de «Lenguas de Diamante», un icónico libro que impactó al mundo hispanohablante.

Finalmente, el pintor y escultor Carlos Páez Vilaró (1923-2014), quien dedicó su obra pictórica a la cultura de raíz africana del Carnaval uruguayo, pone fin a una pieza que invita a meterse de lleno en la rica historia del país.

Camilo Núñez, artista del Colectivo Licuado, encargado de llevar adelante la obra junto a cinco compañeros, muestra su felicidad ante Efe por ser parte de una pieza que dará la bienvenida a los casi dos millones de personas que arriban a Uruguay por aire cada año.

«Siento que la cultura del muralismo está creciendo y para nosotros es un placer», señala.

Con vistas al futuro, el artista asegura que le gustaría seguir pintando grandes proyectos, aunque remarca que no tiene una persona en particular como objetivo de una nueva pieza.

«Cuando pintamos más murales artísticos con Licuado intentamos no representar a personas conocidas; siempre intentamos representar a nuestras familias, nuestros amigos», puntualiza.

Por ello, Núñez, al igual que otros tantos artistas, buscará nuevos lugares para seguir pintando y difundiendo la cultura.

Mientras tanto, los turistas seguirán llegando a Uruguay para visitar una infinidad de sitios como la Ciudad Vieja de Montevideo, las termas de Salto, la histórica Colonia del Sacramento o las «invencibles» (como las denominara en su día el poeta Mario Benedetti) arenas del este, donde se dejarán arrastrar por la cultura del mate, el asado o el tannat.

Las posibilidades en Uruguay serán muchas y todas tendrán una certeza: quienes lleguen por aire habrán sido recibidos por los más grandes.

(EFE)

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