La estrategia carmelitana para traer a la Udelar: trabajar en el presupuesto

Por Elio García

La Universidad de la República, se rige por un sistema de cogobierno, donde los órganos de decisión y discusión de la facultad están integrados por docentes, estudiantes y egresados.

Es un ente autónomo consagrado como tal por el Art. 202 de la Constitución de la República.

La Constitución consagra al Consejo Directivo (denominado “Consejo Directivo Central” por la Ley Orgánica Nº 12.549, del 29 de octubre de 1958) como el órgano “rector” de la Universidad e indica que: “El Consejo Directivo de la Universidad de la República” será designado por los órganos que la integran, y los consejos de sus órganos serán electos por docentes, estudiantes y egresados”, conforme a lo que establece la ley sancionada por la mayoría absoluta de votos del total de componentes de cada cámara (Art. 203).

Esto es básico para contextualizar el escenario de la creación de la cuarta sede universitaria en el interior del país, de la Udelar. Donde empezará a impartir clases el próximo año.

Algo se sabe, el Centro Regional Suroeste de la Udelar funcionará en los departamentos de Soriano y Colonia y todo indica -en sus inicios- que las sedes serán en Colonia del Sacramento y Mercedes. Incluso ya se han inspeccionado lugares, como el Instituto de Alta Especialización de UTU en el Real de San Carlos, edificio que estaría en condiciones de albergar estudiantes.

Si bien dentro del tema aparecen actores políticos, funcionarios, fuerzas vivas, es importante tener muy en claro que quien decidirá los destinos de contenidos programáticos, carreras, lugares y estrategias será la UDELAR, por su ya mencionada autonomía.

La mirada local carmelitana

Queda bastante claro cual es el rol que viene articulando la UDELAR, también la de los políticos y las fuerzas vivas.

Éstas últimas han presentado propuestas edilicias, que están sin utilizar, en su gran mayoría.

Los esfuerzos de Carmelo deberían apuntar en otra dirección y es no mirarse el ombligo, sino redoblar esas miradas y apostar al presupuesto.

40 millones de pesos, el presupuesto inicial alcanza para sostener el cuerpo docente y funcionarios, dijo el rector Rodrigo Arim, pero como bien lo expresó a Sala de Redacción de la FIC el Diputado Nicolas Viera (FA), ese dinero es «el piso para poner en funcionamiento en 2024 ambas sedes.»

Para consolidar el proyecto se necesita un incremento del presupuesto que  deberá estar plasmado en la próxima Rendición de Cuentas y el próximo año no habrá posibilidades porque es año electoral.

El presupuesto deberá contar con un necesario aumento para darle continuidad a un segundo año de cursos 2025. Allí aparece un poco el rol de los políticos.

Carmelo debería pelear por tener un lugar en esa mesa, la del presupuesto, consolidar un equipo económico con perspectiva local, promover desde el rol de fuerzas vivas la necesidad de un aumento en el presupuesto universitario.

Estamos hablando en tomar otros rumbos, no hacer lo mismo que postulan las otras ciudades, fortalecer el concepto que la regional suroeste necesita un presupuesto acorde. Y trabajar en ello. La estrategia de mirar regionalmente con ojos locales.

Todo lo otro vendrá después por añadidura.

 

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