Por Elio García
Si algo es violatorio a la Ley 18.567 llamada de «Descentralización Política y Participación Ciudadana», es escuchar en sesión el pedido expreso que la gente no participe con opiniones o comentarios en las redes sociales que administra el Municipio de Carmelo, advirtiendo que el objetivo de «nuestra página» es solamente el de informar a la sociedad.
Más allá de estas expresiones infelices y contrarias al espíritu de la Ley que justamente es el de construir ciudadanía responsable y activa, dándole canales para su participación, hay un desconocimiento absoluto de las herramientas que manejan ante la comunicación pública el gobierno local.
No es cierto cuando dicen que el Municipio de Carmelo tiene página.
El Municipio de Carmelo no tiene una página web oficial, si cuenta con presencia en las redes sociales, más precisamente en Facebook, donde las reglas de juego no las marca el gobierno local, sino los dueños de esa red. Lo que puede hacer el Municipio de Carmelo es bloquear los comentarios, pero eso sería un acto de intolerancia y desconocimiento histórico del funcionamiento de algo que hasta los escolares comprenden cabalmente de que estamos hablando.
Las redes sociales son todo lo contrario a lo que destacó la Alcalde Alicia Espíndola en la pasada sesión pidiendo no participar con comentarios. Son un espacio en el que la participación ciudadana se desarrolla y crece día a día. La importancia de estar donde está tu público te permitirá conocerlos, saber de sus problemas, sus gustos, sus inquietudes, sus necesidades, etc. Más que para hacer propaganda o mostrar la gestión, actos válidos, también existen las redes sociales para interactuar, por eso su nombre.
Dije que el Municipio de Carmelo no tiene página web, aunque desde allí digan que sí e intimo públicamente a que muestren a la sociedad dicha página. No pueden mostrar nada porque nada tienen.
En realidad, para dar información más precisa; el Gobierno Nacional les dio el sitio www.municipiodecarmelo.gub.uy , pero aquí nunca se tomaron el trabajo de realizar una página oficial. Los invito a entrar a esa dirección y verán que no hay ningún contenido.
Los esfuerzos por comunicar el Tercer Nivel de Gobierno a nivel de políticas de Estado es importante, pero cuando en los gobiernos locales desconocen estas herramientas y confunden una página con una red social, nada bueno se puede esperar.
Vean, el Programa Uruguay Integra de la Dirección de Descentralización e Inversión Publica de OPP tiene disponible un enlace a los 112 sitios de Municipios de Uruguay, con información de contacto, autoridades y noticias. Nuestra presencia allí es testimonial. En fotografías solo aparece la foto de la Alcalde, el resto de los concejales solo el nombre. La última noticia publicada en lo local es de octubre de 2017. Sí, aunque usted no lo crea, informan la rotonda de Playa Loca y arreglos en el Barrio Lomas del año pasado.
No están las reuniones del concejo marcadas, en el ítem de actas del concejo no aparece ninguna, increíblemente en contactos aparece la web del municipio: www.municipiodecarmelo.gub.uy que conduce a nada.
En pasadas sesiones distintos concejales han mostrado preocupación porque existen «medios informáticos» que solo se dedican a mostrar lo malo y para ello patrocinan a quienes tienen el talante de presentarse ante la sociedad como «pro municipales.»
Conocer esta realidad no es algo negativo, es lo que tenemos, es la verdad. Y cualquiera puede ingresar a http://municipios.gub.uy/carmelo y comprobar lo que aquí escribo.
La valoración de nuestro trabajo la dará el propio lector. Lo cierto es que para debatir debemos partir desde un mismo lugar. Lo primero sería definir que se entiende por página web y que es una red social. Luego de salvar esa metodología básica para debatir, podríamos discutir si somos negativos, positivos, ignorantes, sabelotodos o mostramos una realidad preocupante: esa que conduce a la ignorancia.
Detrás de los procesos de digitalización municipal hay mucho dinero público invertido en todo el país, no es buena señal prescindir de estas herramientas que existen pero no las saben utilizar.
