Productores de Colonia se movilizan como el año pasado pero con más fuerza

Movimiento Productores de Colonia.

El 10 de enero de 2017 el Movimiento de Productores de Colonia expresaba en carta pública algo similar a lo que hoy dicen. En aquella oportunidad manifestaban que “a pesar de los descarados esfuerzos del gobierno de querer convencer al pueblo de que este aumento no es un tarifazo, la realidad es muy diferente, ya que día a día se ve muy comprometida la sustentabilidad de las empresas y familias para poder sobrevivir.”

Se referían al aumento en las tarifas públicas que los uruguayos empiezan cada año. Esta vez la diferencia parece indicar que aquello que en enero de 2017 solo quedó en declaraciones puede transformarse en algo más.

El Movimiento de Productores de Colonia y la Asociación Agropecuaria de Tarariras se reunieron y decidieron apoyar las diversas movilizaciones que se vienen organizando en las gremiales rurales. Hablan que los productores ya no pueden cumplir con los compromisos tributarios, advierten que el costo de la energía los ahoga y que hoy producir no genera rentabilidad.

Colonia se hará sentir con una masiva presencia de productores del departamento en la asamblea del 23 de enero en Durazno, señalan desde la dirección del movimiento.

Los productores se reconocen como el primer eslabón de la cadena alimenticia, pero no tienen fuerza para hacerse oír, ya que solo representan un 5% de la población que vive en el campo y realizan su producción, «la gente no conoce mucho la realidad de lo que está pasando», dijo Sandra Gonnet a Radio del Oeste.

Los temas que preocupan a los productores son la falta de rentabilidad de las empresas las que identifican que se da por altas cargas impositivas y leyes sociales, el costo energético desde la electricidad hasta el valor de los combustibles. También son críticos con el tamaño y costo que genera el Estado.

Hoy se cuestiona fuertemente la falta de rentabilidad de las empresas, las altas cargas impositivas y de leyes sociales, el costo de la energía –tanto electricidad como los combustibles– y hasta se criticó el tamaño y el costo del Estado. Denuncian el despoblamiento del campo, la baja cifra de trabajadores rurales que existe en la actualidad, la desaparición de unos tres mil productores del campo junto a un proceso de modelo económico y estratégico del gobierno que llevó a la extranjerización de las tierras uruguayas.

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