Hace ya una semana el Ministro Víctor Rossi llegó a Carmelo y dijo la verdad.
Explicó que al segundo puente de Carmelo y al bypass le falta financiamiento y se está negociando con los que tienen plata porque dinero hay en todo el mundo señaló.
Recordemos que el diccionario menciona que «financiamiento» es el conjunto de recursos monetarios y de crédito que se destinarán a una empresa, actividad, organización o individuo para que los mismos lleven a cabo una determinada actividad o concreten algún proyecto.
Está claro que el dinero hoy no está aunque los creyentes digan lo contrario.
Puede estar en el futuro y se está trabajando en ello. El propio jerarca siguiendo esa línea dijo incluso que nada se ha firmado en ese sentido y por ello no puede prever cuando comenzará la obra. Dijo «pronto», pero no estableció ninguna unidad de medida para tener una aproximación de esa cercanía. Pronto puede ser el año que viene, o dentro de cinco años.
En otras cuestiones, dijo que el estudio ambiental aún no está terminado, pero aseguró que no habrá problemas. Exacto sorpréndase, no lo dijo la Ministra de Medio Ambiente, lo dice el de Transporte y Obras Públicas.
Y para que tiemble la Comisión Local de Ordenamiento Territorial, Rossi comentó algo increíble. Dijo que el dueño de un terreno no le gustó que pasara por sus tierras la carretera del esperado segundo puente carmelitano, por tanto se modificó un pequeño trazado del mismo para no andar en vueltas y dejar contento a este vecino con influencias.
Lo único que presentó el Ministro fue un plano que lo tenía como una espada. No apareció en la mesa ningún documento, ni firmas, ni fechas.
Por eso en este asunto no hay debate. Todo concluye en creer y la cumbre de esa creencia es la adoración o su contra cara: la decepción.
Dudar, en este tema, significa algo tan parecido a ser excomulgado de los círculos del establishment local, por eso, para dejar contentos a todos pienso en esa frase de Nietzsche: «no hay que creer en lo que uno piensa.»
Elio García Clavijo