Sanguinetti, Lacalle Herrera y Mujica dejan de lado sus diferencias «porque le conviene» a Uruguay

Los expresidentes de Uruguay Luis Alberto Lacalle Herrera (i), José Mujica (c) y Julio María Sanguinetti (d) participan en un almuerzo de trabajo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing este lunes, en Montevideo (Uruguay). EFE/Sofía Torres

Montevideo, 18 mar (EFE).- Los expresidentes uruguayos Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle Herrera y José Mujica dejaron de lado sus diferencias en una mesa de diálogo donde coincidieron en que al país «le conviene preservar» el reconocimiento de puntos de consenso que van más allá del debate y de las banderas partidarias.

Convocados por la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay (ADM), Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), Lacalle Herrera (1990-1995) y Mujica (2010-2015) participaron este lunes del almuerzo de trabajo «Una visión de Uruguay, 40 años de democracia. El futuro del país».

En ese marco, los expresidentes pertenecientes a tres partidos políticos distintos -Sanguinetti del Partido Colorado, Lacalle del Partido Nacional  y Mujica del Frente Amplio – coincidieron en que el paso del tiempo los acercó y los llevó a hacer a un lado sus diferencias.

«Nosotros estamos acá no porque no tengamos diferencias, las tenemos y son irrenunciables. Estamos porque le conviene a este país, porque esta imagen le conviene y prestigia a este país y somos conscientes de eso», aseguró Mujica, quien en su discurso dijo que forman «una especie de sindicato raro que no existe en ningún país del mundo».

Sanguinetti, por su parte, dijo que «no se puede imaginar la sociedad como una homogeneidad» y que Uruguay no vivió enfrentamientos distintos a los que se vivieron «en el mundo» y que eso los puso en veredas enfrentadas, pero que «esos enfrentamientos llegaron a otras etapas» en el mundo y en el país rioplatense.

Además, remarcó que la política «es diversidad» y siempre los enfoques «son distintos», por lo que «la utopía de la unanimidad es un peligro».

También, resaltó que es importante «preservar» la capacidad de reconocer los puntos en común que trascienden las banderas.

«Lo importante es preservar ese espacio, ese porcentaje indefinido de fenómenos que pueden estar más allá del debate y que en el Uruguay de hoy felizmente están, porque el Uruguay no está en riesgo de (caer en la) ilegitimidad de ejercicio ni está en riesgo la libertad de prensa como en la mayoría de América Latina», subrayó.

Lacalle Herrera, padre del actual mandatario, Luis Lacalle Pou, reflexionó que si bien cuando uno «está en la cancha» de la «lucha política» se puede ser confrontativo o «duro», como confesó haberlo sido en su momento, «cuando llega el momento del remanso» se trata de «colaborar buscando los puntos en común para tratar de destilar un poquito de sabiduría» a los que siguen «en la cancha y apasionados».

«La vejez nos achaca reumatismos y problemas en la salud pero también nos suma alguna responsabilidad, ser una especie de humilde consejo de ancianos, que el mundo después hará lo que se le antoje pero nuestro papel de ancianos es contribuir a que los que están en la cancha puedan hacer las cosas más fríamente», coincidió Mujica.

Por otro lado, cuestionados sobre los peligros de los roces que se esperan en la campaña política de cara a las Elecciones Nacionales que tendrán lugar el próximo octubre, los expresidentes hicieron énfasis en evitar caer en dinámicas confrontativas como las que suelen alimentar las publicaciones en redes sociales.

«Los protagonistas de la campaña tienen que contar hasta 10 antes de contestar algo que se les atribuye o una crítica», opinó Lacalle Herrera, a lo que Mujica llamó a «mantener la altura» y Sanguinetti pidió no dejarse «arrastrar» por «las marginalidades» y «debates laterales».

Salir de la versión móvil