La vida de algunos funcionarios públicos con licencias médicas eternas

«Somos pocos y nos conocemos», dice el dicho popular. Lo cierto es que la falta de personal es un problema endémico en diversas instituciones públicas. «Nos falta gente», dicen los responsables desde diversos ámbitos públicos.

Solo el año pasado el total de funcionarios públicos se certificó por motivos médicos al menos una vez, cifra que involucra a un 45,7% de los trabajadores. El dato surge de la Oficina Nacional de Servicio Civil (ONSC).

Una mirada por Carmelo muestra un escenario preocupante, hay todo tipo de casos, incluso de funcionarios que hace años no concurren a su lugar de trabajo por motivos de «enfermedad».

La vida loca

Lo curioso es que algunos de los trabajadores públicos certificados viajan al exterior de vacaciones.

Hay casos muy conocidos de funcionarios que han viajado a la Argentina, otros un poco más lejos, el caribe, y no por motivos médicos, sino por turismo.

La impunidad es total, nadie parece controlar estos casos, algunos incluso publican sus fotos en redes sociales, y se los ve en Cuba, Puerto Madero, el Mercado del Puerto, Piriápolis y la lista es larga de estos viajeros.

Los funcionarios con licencia médica que trabajan en otros lugares

También aparecen los que estando certificados con médica, integran comisiones locales.

Firman documentos, trabajan solidariamente sin generar gastos, pero van a reuniones, realizan tareas administrativas, tienen una vida activa que parece estar lejos de un paciente con problemas.

La pregunta que generan estas actitudes es la línea que separa sobre la capacidad física para realizar ciertos trabajos y algunos que podrían realizar en su institución de origen y no lo hacen por certificaciones médicas.

¿Por qué pueden trabajar en unas instituciones y en otras no?

Ayer te vi

«Todos lo vemos», nos dice una autoridad institucional local, sobre un funcionario que aparece con licencia médica, pero deambula diariamente haciendo sus compras, incluyendo paseos, y otras actividades que entrarían al menos en contradicción con su estado de salud certificado.

El problema aquí está en la sistematicidad, lo hacen todos los años, en forma permanente, son «los faltadores.»

El tema de los eternos funcionarios con licencia no es propio de Carmelo, sucede en todo el país.

La diferencia está en las cercanías «en Carmelo todos tienen una referencia sobre la actividad de cada vecino, por eso de pueblo chico. Entonces estas cosas se conocen. Tienen nombre y apellido. Muchos cuando lean esta entrevista, van a identificar algún conocido que se encuentra en esta situación,» nos explica un técnico en Recursos Humanos que prefirió el anonimato por precaución.

Según la ONSC casi la mitad de los trabajadores del Estado se certificó en 2021 por un promedio de 35 años.

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