La poderosa ola de calor traerá temperaturas entre 41º y 43º

FRANCISCO RAMOS MEJIA / AFP / METEOROLOGIA METSUL

La potente ola de calor que golpeará a Argentina, Uruguay y Rio Grande do Sul esta semana será un ejemplo clásico de un clima compuesto extremo.

En el caso de esta semana, el Centro de Sudamérica tendrá una poderosa ola de calor (extrema) en medio de un escenario de sequía fuerte a severa (otro extremo) que puede derivar en incendios (consecuencia extrema).

La sequía favorece una ola de calor más intensa y, a su vez, el calor agrava la sequía.

CÓMO SE RETROALIMENTAN LA SEQUÍA Y EL CALOR

La ola de calor muy intensa a extrema que golpea esta semana y a mediados de mes en Centro América del Sur ocurrirá con la región experimentando una severa sequía con un gran impacto en la agricultura, secando ríos y problemas en el suministro de agua para consumo. humanos y animales en Argentina, Uruguay y Rio Grande do Sul.

Las olas de calor intensas ocurren en los meses calurosos del año con o sin sequía, en veranos secos o lluviosos, pero históricamente se observa que los episodios de calor más extremos ocurren durante las sequías o sequías.

Esto se debe a un proceso de interacción tierra-atmósfera en el que la sequía hace que la atmósfera sea aún más seca y, con aire más seco, la temperatura aumenta más en un mecanismo de retroalimentación positiva.

Una ola de calor brutal, de temperaturas extremadamente altas y de largo plazo azotará en gran parte de Argentina, Uruguay y Rio Grande do Sul.

Se espera que los récords de una década caigan en los territorios uruguayos y argentinos que probablemente sufrirán lo peor.

Lo que los modelos aún no están de acuerdo es cuánto puede alcanzar la temperatura. La tendencia, según el análisis de MetSul, es para marcas de hasta 45ºC a 47ºC en los lugares más cálidos de Argentina y de 41ºC a 43ºC en Uruguay.

El calor agravará aún más las pérdidas en el campo por sequía, traerá escasez de agua en algunos municipios por alta demanda, llevará al extremo el riesgo de incendio en la vegetación y en Argentina podría provocar una crisis de suministro eléctrico con energía, recortes en la capital Buenos Aires y otras ciudades del país por alta demanda.

Vía MetSul

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