Uruguay, el último de Sudamérica en recibir las vacunas anticovid

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou. EFE/Raúl Martínez/Archivo

Por Federico Anfitti

La carrera por la obtención de las vacunas comenzó a finales de 2020 en Sudamérica; desde entonces, las diferentes naciones han anunciado con orgullo la concreción y llegada de sus respectivas dosis para comenzar a ver la luz al final del túnel de la covid-19. Sin embargo, Uruguay aún sigue esperando.

Si bien el presidente del país, Luis Lacalle Pou, anunció el 23 de enero la adquisición de casi 3,8 millones de dosis de Pfizer y Sinovac -además de las 1,5 millones de dosis que ya tiene aseguradas de la plataforma Covax, creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su distribución entre los países menos favorecidos- lo cierto es que todavía no hay certeza de la fecha de arribo.

Desde que se declaró la emergencia sanitaria por la llegada de la covid-19 a Uruguay, el 13 de marzo de 2020, el país acumula 50.752 casos de covid-19, 5.218 activos, 71 de ellos en cuidados intensivos, y 558 muertes.

En más de una oportunidad, las autoridades uruguayas han afirmado que las vacunas llegarán entre fines de febrero e inicios de marzo y han tomado medidas para tener listo ese momento como la adquisición de ultra refrigeradores, un plan de vacunación y el acondicionamiento de sitios para la inoculación.

Pese a ello, lejos quedó aquel comentario de Lacalle Pou en agosto de 2020 cuando afirmó que iba a tratar de que su país estuviera «primero en la fila» de adquisición de vacunas ya que, de momento, toda la región las adquirió menos Uruguay.

Según señala el sitio OurWorldInData, Argentina ya vacunó a más de 600.000 personas, Brasil a casi 6 millones, Ecuador a más de 8.000, Chile a más de 2,3 millones, Bolivia a más de 10.000 y Perú a unas 118.000.

Uruguay tiene confirmada la compra de casi 3,8 millones de dosis de vacunas a los laboratorios Pfizer y Sinovac. Además, no descarta negociar con Rusia para la adquisición de la Sputnik V, que ya ha llegado a varias naciones suramericanas como Argentina o Bolivia.

«En teoría deberíamos estar recibiendo en marzo una suma de vacunas hasta del 3 % de la población», indicó el mandatario en la conferencia del 23 de enero.

El proceso de adquisición de dosis no ha estado exento de polémica debido a la situación de la vacuna china, después de que Dimas Covas, el director del brasileño Instituto Butantan, que tiene alianza con la empresa china, dijera -tras el anuncio presidencial- que Uruguay todavía no contaba con un acuerdo.

Esta información fue desmentida por Lacalle Pou, quien aseguró que hay un acuerdo entre partes, en el que participó un intermediario autorizado por Sinovac y que confiaba en «la buena fe de las partes» para que las vacunas del país asiático llegasen a Uruguay.

Finalmente, Covas se desdijo y afirmó que tanto Uruguay como Colombia mantienen «interlocución directa» con Sinovac para abastecerse de manera inmediata.

PARAGUAY, EL ÚLTIMO QUE FALTABA

Mientras que Lacalle Pou recibía este miércoles a su homólogo de Paraguay, Mario Abdo Benítez, este país no solo confirmaba la adquisición de nuevas dosis de Sputnik V mediante una charla telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin, sino que también lograba este jueves la llegada de sus primeras vacunas.

Con ello y el arribo de dosis a Venezuela -cuya administración aún no comenzó-, a Surinam y Guyana, Uruguay es el único país sudamericano sin vacunas sobre el terreno.

De momento, Lacalle Pou evita referirse a fechas concretas y las autoridades hablan de un exitoso proceso de «prevacunación» para tener preparada la logística que requiere la implementación de dosis.

Esto ya despertó las críticas de la oposición. El Frente Amplio evalúa llamar al Parlamento a las autoridades sanitarias para que expliquen los motivos de las demoras.

Aunque desde un primer momento tanto Lacalle Pou como el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, sostuvieron que la fecha de arribo estaría prevista para marzo, la mirada sobre los vecinos de la región ha despertado las críticas y la preocupación de los uruguayos.

«Pero no se olviden, esto es Uruguay, el tiempo corre al revés. Hasta el fin del mundo va a llegar acá… varios años después», cantaba la murga uruguaya Agarrate Catalina en su espectáculo de 2006 para hacer referencia a cómo en su país, de una forma u otra, las cosas acontecen más tarde que en el resto.

Lo que es un hecho es que, pese a los intentos, Uruguay no pudo «colarse» entre los grandes y quedar primero en la fila. Ahora, ante el cierto optimismo que despierta que las cifras de casos positivos viene bajando, Uruguay deberá esperar, con su característica calma con la que afronta la realidad, a que las vacunas aterricen en Montevideo.

EFE

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