Estudio de Equipos Consultores sobre condiciones económicas muestra leves retrocesos a pesar de mejoría

El Índice de Condiciones Económicas de Corto Plazo (ICE-CP) alcanzó los 35,9 puntos en la segunda quincena de octubre, llegando así a un nuevo máximo serial. El avance de la segunda quincena de octubre se verificó a partir de una mejoría en la situación económica del país “en los últimos días” (tanto en lo que tiene que ver con la situación actual como con la evolución), que también alcanzó el máximo de la serie, con 33,2 puntos (en la pri-mera quincena de abril se había ubicado en el menor nivel para este subíndice, de 21,6 puntos). Los demás subíndices mostraron variaciones leves.

Sin embargo, se destacó el avance en la evolución del componente que evalúa la situación personal en los últi-mos días, que alcanzó 34,4 puntos, el máximo de la serie. En esta línea, el plazo medio esperado de afectación de ingresos se redujo en la segunda quincena de octubre a 12,5 meses, un registro algo menor al máximo de la serie, de 14,1 meses observado en la primera quincena de setiembre.

Las diversas propensiones al consumo (próximos 3 meses) mostraron leves retrocesos, a pesar de las mejoras consignadas en el ICE-CP. Así, respecto a un mes atrás, se destacaron los leves retrocesos en bienes de inversión para el hogar (refacciones, pinturas), indumentaria y bienes durables. Por el contrario, la menor reducción se observó en bienes no durables (alimentos, bebidas y limpieza), que se mantienen en niveles elevados y relativamente estables.

En lo que refiere a servicios, el grupo que viene mostrando menores niveles de demanda potencial (dentro del cual se incluye asistencia a cines, actividades de turismo y salidas a bares y restaurantes), se mantiene como el de menor predisposición al consumo, habiendo mostrado una leve recuperación en agosto y setiembre que, sin embargo, se revirtió en octubre (posiblemente por el deterioro de la situación sanitaria).

La leve caída de las propensiones a consumir puede explicarse a partir del hecho que las mejoras en la situación personal pueden estar sirviendo al propósito de reponer o compensar ingresos perdidos anteriormente pero que, sin embargo, no son lo suficientemente importantes, por el momento, como para motivar un incremento notorio en las propensiones al consumo.

 

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