La región brasileña vecina de Uruguay y Argentina dice tener controlado el COVID-19

El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, fue regitrado este jueves, durante una entrevista virtual con Efe, en Brasilia (Brasil). EFE/Alex Mirkhan

Por Antonio Torres del Cerro

Uruguay y Argentina suman más de 2.000 kilómetros de frontera con Brasil, el epicentro de la pandemia en Latinoamérica. El gobernador de Rio Grande do Sul, la región brasileña colindante con ambos países, intenta disipar el temor de sus vecinos y dice que la situación en su estado está «controlada».

Eduardo Leite, de 35 años y figura emergente del centro-derechista PSDB, lidera una de las regiones brasileñas con menos casos y muertes en el gigante suramericano, que el jueves sumaba 438.238 contagios y 26.754 muertes por coronavirus.

Rio Grande do Sul, con una población de unos 11 millones de habitantes -similar a la de Portugal-, contabiliza de momento unos 7.000 infectados y poco más de 200 decesos, después de poner en marcha un innovador sistema que regula los confinamientos y la actividad económica dependiendo del número de casos y de camas disponibles en una determinada área del estado.

«Entiendo que el Presidente de la República (Jair Bolsonaro) envía un mensaje equivocado, de poca atención médica y poca atención para la vida y la salud de las personas (…) pero les aseguro que en los estados estamos trabajando muy duro para controlar esta propagación del coronavirus», subrayó.

El gobernador desveló en una entrevista con EFE que abordó esta semana la situación de las ciudades fronterizas con el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y explicó que espera hacer lo mismo con las autoridades argentinas.

Las fronteras entre Brasil y ambos países están cerradas excepto para contadas excepciones, como el transporte de carga.

Leite, el dirigente regional más joven de entre los 27 estados brasileños, fue apuntado por el expresidente Fernando Henrique Cardoso como uno de los posible nombres para medirse a Bolsonaro en las presidenciales de 2022.

«Es demasiado temprano para hablar en 2022 y sin duda estaré como ciudadano antes que como político, trabajando para que haya una alternativa de centro en el país», expuso.

P. Ustedes tienen una frontera extensa y con movimiento tanto con Argentina, como con Uruguay. Teniendo en cuenta que los casos y muertes en Brasil se han disparado, ¿cómo los ven sus vecinos?

R. En relación a Rio Grande del Sur creo que hay un sentimiento de que tenemos la situación controlada, inclusive hablé con el presidente de Uruguay, Lacalle Pou, para ponernos a disposición y trabajar conjuntamente en las fronteras. El entendimiento es bueno. No nos llegó nada de que estuvieran (los vecinos) preocupados con Rio Grande do Sul, pero claro que deben observar con preocupación los datos del Noreste y Norte (de Brasil).

P. ¿Se trata de una comisión binacional (Brasil/Uruguay)?

R. No llega a ser una comisión. Tuve el primer contacto con el presidente de Uruguay esta semana sobre las ciudades fronterizas. Santana de Livramento (Brasil) con Rivera (Uruguay), Chuí (en ambos lados), y algunas ciudades separadas apenas por un puente como Rio Branco (Uruguay) y Jaguarão. La idea es que podamos hacer un trabajo conjunto, con un control constante entre nuestros equipos de salud en esas localidades.

P. ¿Hay alguna previsión de abertura?

R. No hay ninguna previsión de que se puedan eliminar las restricciones en las fronteras. No hay condiciones de atestar que estemos libres de problemas, de un lado y de otro es prematuro pensar en ello.

P. ¿En el caso de Argentina ya tuvieron algún contacto?

R. Con el Gobierno de Argentina todavía no, pero pedí a mi equipo que hiciera ese contacto especialmente para las ciudades que tengan proximidad y convivencia mayor.

P. ¿Le preocupa lo que sus vecinos uruguayos y argentinos piensan de Brasil? ¿Qué mensaje les enviaría?

R. Entiendo que el Presidente de la República (Bolsonaro) envía un mensaje equivocado, de poca atención médica y poca atención para la vida y la salud de las personas (…), pero les aseguro que en los estados estamos trabajando muy duro para controlar esta propagación del coronavirus. Entendemos que la salud y la economía no están en polos opuestos, van juntos, son dependientes entre sí. Garantizando la preservación de la vida y de la salud de las personas es cómo les damos seguridad para que puedan continuar los que invierten, invirtiendo y los que consumen, consumiendo.

P. Faltan dos años y medio para las presidenciales y Bolsonaro ya adelantó que disputará la reelección. Sin embargo, en la oposición aún no hay un candidato claro. ¿Pretende disputar las primarias de su partido para presentarse en 2022?

R. Si no sabemos lo que sucederá con el coronavirus, todavía menos qué escenario político habrá en 2022 (…) Vamos a ver qué futuras misiones me reserva este camino de la política que escogí para mi vida. Es demasiado temprano para hablar de 2022 y sin duda estaré como ciudadano antes de como político, trabajando para que haya una alternativa de centro en el país, pero ‘centro’ no como una ausencia de posiciones, sino la manera de tener una agenda que ayude a la economía y preserve la vida de la gente de manera conjunta. Yo hice en mi región reformas en las carreras de los funcionarios y en la legislación medioambiental, que fueron transformadoras, pero difíciles.

(EFE)

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