La ciudad: Comerciante cansado de ver pasar camiones por su vereda colocó protección en esquina

Solís y 19 de Abril,una esquina peligrosa.

El ingreso del tránsito pesado se da por 19 de Abril, pasando calle Solís. Desde hace ya unos años se colocó una protección de altura que no permite a grandes vehículos continuar por la principal arteria, por eso indefectiblemente la mayoría dobla por calle Solís rumbo a Tránsito Pesado.

Las calles de Carmelo son demasiado angostas para muchas de estas unidades que ingresan desde el sur a la ciudad. Cuando doblan por Solís era común que subieran a la vereda del comercio de Jorge Palma. El hundimiento de la misma era cosa de todos los días.

El comerciante peregrinó por diferentes oficinas de la Intendencia de Colonia, durante varios años, reclamando una solución urbana a ese problema que afectaba, entre otras cosas, la seguridad de sus clientes. Solo consiguió este año la autorización para poner pilares de defensa.

En diálogo con Carmelo Portal Jorge Palma explicó que el cometido de los tres pilares «se debe a que los camiones no suban más a la vereda, porque la estaban destrozando. Desde hace seis años vengo sufriendo este problema. Los camioneros no maniobran en marcha atrás para cambiar el error de cálculo, si no les da suben a la vereda y así la rompieron. Viendo que algún cliente, turista o vecino se podría romper alguna rodilla o quebrarse opté por poner estos pilares con la autorización de la Intendencia», explicó.

Pilares con todos los papeles

Palma solo recibió por parte de las autoridades el permiso, los costos de los pilares, la colocación y rearmado de la vereda fue inversión pura del comerciante, «gastamos unos ocho mil pesos por hacer esto», dijo.

Algunos camioneros, aseguró Palma, ya están protestando, «hace poco bajó uno y me preguntó quién había autorizado la colocación de esos pilares, incluso tomó fotografías. A mi no me importa, tengo el permiso y además la razón: los camiones no pueden andar por las veredas,» sentenció.

Antes de retirarnos Jorge Palma observa una vez más los pilares que colocó en su vereda, los estudia con la mirada,  piensa que tal vez sería bueno pintarlo con alguna pintura refractaria, dice que en Carmelo solo hay en aerosol. Cuando nos despedimos agradeciendo la nota nos saluda diciendo «tal vez algún camión grande me lo rompa, pero no importa, al otro día repondré el pilar roto.»

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