¿ Qué pasó la noche del 16 de abril?

Maestro Mayor de Obra Gustavo Arizabalo

Por Elio García |

A las once de la noche de aquel día hubo más de un vecino que se acercó para ver el extraño fenómeno que se estaba dando principalmente en el Puente Giratorio.

Algo grande y serio estaba pasando y más de uno esperaba preocupado que el agua lograra atravesar el Puente Giratorio. Un mundo de gente se aproximó al lugar y no salía del asombro del poder generado por el agua. De pronto se cortó la luz en el Barrio Centenario y algunos camiones y camionetas cruzaban el puente evacuando vecinos.

De las cosas que sucedieron esa noche, y de todo lo que vino después, se habló el pasado miércoles en el seno del Municipio, en una instancia muy fructífera, donde un entendido en estos temas se acercó, invitado por la Alcalde y Concejales para conocer sus inquietudes y lecturas de un evento climático que impactó como nunca en nuestra comunidad.

 

Fue así que el Maestro Mayor de Obras  Gustavo Arizabalo estuvo invitado en el Municipio de Carmelo para interpretar lo que sucedió en nuestro territorio en las últimas inundaciones, principalmente aproximarse a lo que sufrieron dos barrios el Centenario y San José.

Comparó el caso reciente con lo sucedido en las inundaciones del 59, explicando cómo la ruta 21 y el Puente Giratorio tienen su implicancia al observar la creciente y su dinámica en los barrios afectados,  ya que se tratan de obras artificiales que no permiten escurrir el agua hacia el Río de la Plata, aseguró.

 

1959 vs 2016

Arizabalo compara los dos escenarios, el de 1959 y el de 2016, «en el 59 los registros de creciente fueron más bajos en el Barrio San José que ahora. Entonces me pregunté ¿si el puente es el mismo, cuál es la diferencia?. La diferencia está en que entre los años noventa y dos mil, la ruta 21 sufrió una rectificación. Lo que deberíamos conocer es si al realizar esa obra nueva llevaron la ruta un poco más arriba,» se pregunta el experto.

En esta inundación cayeron 240 milímetros y estos eventos se pueden repetir. Aquí el cuello de botella fue el Puente Giratorio, la corriente debajo del puente era superior a la que se mostraba antes y después del mismo. «A las siete de la tarde empezó a cortarse la ruta 21. El pico de la inundación fue a las doce de la noche. Increíblemente la calle donde estaba la escuela era donde había más agua, tuvimos un derrame, no se murió nadie por suerte. La fuerza de esa corriente era difícil de medir en la noche, pero fue muy importante. Ese día tuvimos solo suerte.»

El día después de mañana

El comportamiento del agua fue muy extraño porque no se debió a una sudestada, todo el caudal vino de arroyo arriba. Por eso Arizabalo sostiene que deberíamos detenernos y estudiar, evaluar y llegar a un diagnóstico exacto sobre lo que sucedió aquel día.

«Yo no quiero ser parte de tener que lamentar más adelante por cosas que no hicimos hoy. Son barrios muy grandes con muchos gurises. Lo primero que tendríamos que analizar es si debemos cambiar el Paso del Cerro, porque ese es el primer cuello de botella. Y deberíamos contar con un sistema de alerta, si allí comienza a suceder una inundación importante en el Barrio Centenario hay que avisar con anticipación la evacuación,» sugirió.

Arizabalo comparó la energía del volumen de agua que viene a través del Arroyo de las Vacas y su impacto en el Barrio Centenario con una pileta «también ese barrio sufrió una importante acumulación de agua y este se inunda porque nosotros hicimos ir el agua para atrás. La hicimos pasar por debajo de la ruta, por la discoteca Vietnaw para que vuelva al arroyo. Pero cuando subió esta por esa alcantarilla entró al revés con una fuerza inimaginable.»

En una mirada más amplia también tuvo en cuenta en su intervención, señalar el comportamiento del Arroyo Víboras y el Arroyo de las Vacas  explicando que ambos tienen la misma lógica de actuación en sus desembocaduras «cuando hay un temporal aquí cambia el clima, con viento sur y lo hace al otro día, donde además viene el agua. Al sumarse estos hechos hay una situación crítica.»

 

Situación Crítica

Gustavo Arizabalo fue claro, si algo hay que hacer para que no vuelva a pasar un evento parecido o peor al de abril hay que comenzar a investigar qué sucedió aquella noche terrible.

Tenemos qué saber lo sucedido el 16 de abril de 2016.

Tener en cuenta que hay dos obras de ingenierías que ampliaron ese problema, el Puente no da el paso suficiente de agua y la ruta ayuda a contenerla pero con un límite. La necesidad actual es sacar el agua más rápido de lo que sucede hoy, añadió.

 

¿Construir un canal artificial?

Se tiene que traer el agua desde Carmelo,  pensando en lo que sucede setenta kilómetros arriba y chequear todos los pasos «tal vez todos esos cuellos de botella funcionaban, pero ya en el 2016 no lo hacen más. Necesitamos que pase más cantidad de agua por debajo de la ruta 21, para eso se podría realizar un canal artificial a la altura de calle Belgrano que vaya desde una de las curvas del Arroyo de las Vacas hasta el Río de la Plata.»

Arizabalo calculó que 520 metros cuadrados tiene el paso de agua que representa el Puente Giratorio, y al respecto dijo que se debería hacer un cálculo para identificar la necesidad en sacar más agua por otro lado en base a esa realidad.

El constructor argentino advirtió también que debemos estudiar  detenidamente -en esta realidad hidráulica-  el futuro segundo puente de Carmelo y a su vez miró a otro importante territorio: «cuidemos el camino Víboras, porque aquí quedó demostrado que es el mejor para llegar a cualquier lado. No es un camino vecinal, estamos ante EL camino de Carmelo. Si tuviera dinero lo asfaltaría,» concluyó.

El agua de la creciente a pocos metros de llegar al Puente Giratorio de Carmelo esta noche (Foto: S. Olivera).

 

 

 

 

 

 

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